Niko Goienetxe Orreaga Nabar Estatu Pentsamenduko kidea
Una vez descifradas las claves de este genocidio en ciernes y tener identificados a sus autores, en cuanto a nosotros se refiere, debemos contornar el obstáculo y sigilosamente rodearlo –con los todos apoyos necesarios– con el fin de neutralizarlo sobre el terreno.
Una salida urgente de la cada vez más nazificada UE se impone, así como el establecimiento de una estrecha relación bilateral con la Federación rusa en todos los órdenes en cuanto a objetivo estratégico que permita a la nación vasca, por un lado, hacer frente eficazmente al riesgo de genocidio contra su propio y demás pueblos que impera en las mentes de la dirigencia occidental y que engloba a todos sus aparatos de guerra, tanto el militar, como el económico, el judicial y el mediático, esbirros de quiénes les proporcionan fondos monetarios ilimitados para seguir con su empresa delictiva, y por otro lado, para vislumbrar un atisbo de libertad que se traduciría en la práctica, en la recuperación de la soberanía de nuestra nación, que no es otra cosa que dar continuidad al estado propio que los vascos nos dimos, ejerciendo como tal durante siglos, el Estado vascón de Nabarra. Existen los suficientes activos e intereses geoestratégicos para que ambas naciones se muestren mutuamente interesadas en iniciar una relación política bilateral.
La UE, con su «Comisión» al frente y sus lacayos del «Parlamento europeo» haciendo el trabajo sucio mediante votaciones a escondidas de los pueblos, con nocturnidad y alevosía, como fuerzas obscuras que son, tiene como referentes políticos a personajes formados por la Secta del Foro Económico Mundial de Davos, supervisados por el Club Bilderberg una vez al año, y todos ellos bajo un mando unificado representado por las familias más poderosas del planeta, véase los Rothschild, Rockefeller y Mountbatten-Windsor. A ello, añadir los «políticos» prefabricados puestos a dedo, artimañas mediante, que venidos de la nada y a quién nadie conocía hace apenas unos años, coparon las jefaturas de gobiernos en los Estados occidentales. Véase Francia, Inglaterra, España, Italia, etc. Y para complementar el puzle, la ausencia total de oposiciones en sus cámaras legislativas que, compradas o aterrorizadas, atienden sin rechistar a los requerimientos de este perverso entramado, dejando a sus pueblos indefensos y presas fáciles de los depredadores.
Disponen de otros peones como lo son la OMS, la OMC, el FMI, los bancos centrales y la OTAN. «Organismos» de los cuales debemos salirnos cuanto antes y que están todos ellos reseteados para cumplir su nueva misión: acabar físicamente con lo que ellos consideran «los comedores inservibles», es decir, un 93% de la población mundial, que ante la cuarta era industrial en la que están inmersos –la Inteligencia Artificial– consideran que ese «sobrante» de población no tiene por qué seguir «consumiendo» los recursos del planeta tierra.
A estas alturas de la película –que empezó en marzo de 2020– quién no quiera verlo seguirá sin verlo. No se trata simplemente de ignorancia sino de algo peor: el no querer saber, para regocijo de los instigadores y ejecutores de semejante crimen contra la humanidad.
Como bien lo ha dejado asentado el jefe de Estado ruso en el reciente Foro Económico Oriental (euroasiático) convocado en la ciudad rusa de Vladivostok, con unas declaraciones claras y concisas, Occidente está agrediendo a sus propios pueblos, es imposible aislar a Rusia, nuestras transacciones van a ser redirigidas hacia el eje euroasiático con países como China, India e Irán, receptores de nuestros recursos naturales (el carbono que los sicópatas occidentales quieren erradicar de la faz de la tierra).
El muy cacareado carbono, somos nosotros, ni más ni menos, el que pretenden «erradicar».
El BRICS ve con buenos ojos esta alianza socio-económico-política. Es decir, la asociación económica-comercial que engloba a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Añadámosle la N de Nabarra -en una negociación bilateral con dicho ente de la cual todos salgamos beneficiados y seamos acreedores por lo tanto del status de Estado soberano como es condición previa para integrar dicha alianza- y animemos a más países a emprender esta senda, alejándonos lo más rápidamente posible del mal llamado occidentalismo, teledirijo por una banda de criminales sin escrúpulos que están cavando su propia tumba al cebarse con sus propias poblaciones hasta estrangularlas por todos los medios. Cada vez se alzan más voces que denuncian la dura realidad: las «sanciones» no apuntan hacia Rusia –el armamento occidental en cambio, sí– sino contra todos nosotros que estamos al otro lado del renovado «talón de acero», en un plan meticulosamente orquestado.
La economía rusa ha experimentado un crecimiento económico inesperado a raíz de las «sanciones» impuestas por el bloque occidental y su moneda, el rublo, se ha revalorizado en «contra» de todo pronóstico, a la vez que el euro se desploma.
¿Entonces, contra quiénes van dirigidas las autoproclamadas sanciones anunciadas por Occidente en relación a la Federación rusa y quiénes van a sufrir penurias de todo tipo en los meses –o años– venideros?
En la respuesta está el principio de la solución para poner término a los desmanes de una banda, tan gigantesca como peligrosa, del crimen organizado.
Primero intentaron, con los métodos más rastreros jamás vistos, obligarnos a todos a tener que ser cobayas de un experimento «médico» si queríamos «preservar derechos». No cejarán en su empeño y volverán pronto a la carga.
La sombra de un Nuremberg II no se vislumbra por ningún lado a pesar de los titánicos esfuerzos realizados por el prestigioso abogado alemán Reiner Fuellmich y ahora, nos anuncian que careceremos de energías vitales para la subsistencia, elemento liquido incluido, es decir, la misma agua. Ya sabéis, la sequía, mientras se van dinamitando pantanos y el preciado liquido se cotiza en bolsa.
Previa despoblación planificada, nos vendrán –a los que aun sobrevivamos– con el control numérico ya experimentado con el pase nazitario, la desaparición del dinero en efectivo, la imposibilidad de adquirir o vender si no demuestras ser «un buen ciudadano» con tu cuenta bancaria «tutelada» por el «Estado», el transhumanismo y demás majaderías que solo caben en mentes enfermas, pero a la vez muy peligrosas, visto el grado de corrupción que son capaces de generar entre quiénes se prestan a ello a cambio de suculentos beneficios económicos y que parecen ignorar que ese sistema financiero del cual dependen y por el cual están dispuestos a traicionar y a lisiar a sus semejantes, está a punto de estallarles en sus propias narices y por ende, no serán recompensados por sus crímenes, sino echados ellos también a la fosa de los leones.
Una vez descifradas las claves de este genocidio en ciernes y tener identificados a sus autores, en cuanto a nosotros se refiere, debemos contornar el obstáculo y sigilosamente rodearlo –con los todos apoyos necesarios– con el fin de neutralizarlo sobre el terreno –nuestros territorios– y de esa manera, en un trabajo conjunto, integrarnos en una alianza poderosa que permita como primer objetivo, la reinstauración de nuestras instituciones estatales propias, sinónimo de pervivencia para este pueblo y la constatación de haber logrado escapar de las garras del depredador, tanto del autóctono a las órdenes del imperialismo, como de la propia delincuencia imperialista organizada.
Todos ellos, a la vista va quedando, cada vez más desorganizados ante el empuje y la determinación de los pueblos agredidos para plantarles cara –por mucho que la prensa oficialista silencie esta realidad– y por lo grosero, aberrante y delirante de sus consabidas maniobras que aun produciendo mucho dolor, muerte y desolación, están condenadas al más estrepitoso de los fracasos, antesala de su futura extinción, debido a otro elemento crucial que desestabiliza la estrategia mortífera puesta en marcha por el modelo occidental de nuevo cuño, y que no es otro que la férrea oposición del eje ruso-asiático, que armas mediante, les hace frente y les deja meridianamente claro que la pretensión occidental, entre otras muchas, de desembarazarse de ese 93% más arriba mencionado –que afectaría también y de manera considerable a las poblaciones de ese mismo eje– es una quimera que tendrá ineludiblemente graves consecuencias para los instigadores e impulsores de semejante barbaridad.
Rusia –que no deja de ser un Estado plutocrático más, al igual que todo el resto de Estados que conforman el concierto internacional– es paradójicamente el talón de Aquiles de los Estados eugenistas que tenemos encima y hace bueno el dicho de que los enemigos de mis enemigos se convierten en mis aliados.
Una alianza temporal y circunstancial o sólida y duradera, lo decidiremos nosotros, no como pseudociudadanos, sino como seres soberanos que realzan el significado del colectivo al cual, bien que les pese a algunos, pertenecemos y nos debemos.
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